Arq. Mario Palanti. Inaugurado en 1923.
Considerado uno de los edificios más icónicos del centro porteño de la ciudad, el Palacio Barolo es uno de los primeros rascacielos de Buenos Aires. Finalizado en 1923, hoy funciona como edificio de oficinas. Los visitantes pueden realizar visitas guiadas e incluso subir hasta la cúpula en donde se encuentra un faro y se puede acceder a una vista panorámica de la ciudad.
El Palacio Barolo fue comisionado por el empresario Luis Barolo, que se había hecho su fortuna gracias a la importación de maquinarias textiles desde Italia. En un afán por diferenciarse de la élite porteña, Barolo contrató al arquitecto Mario Palanti para construir el primer rascacielos de latinoamérica, un híbrido entre galerías comerciales y oficinas para alquilar. La decoración del Palacio es del tipo art nouveau. Su estilo arquitectónico es ecléctico, con influencias góticas y del arte islámico de la India. Sin embargo, lo que realmente hace único al Palacio Barolo es su inspiración en la Divina Comedia, el poema épico del italiano Dante Aligheri. La arquitectura del edificio imita las tres partes del poema: el Infierno, el Purgatorio y el Cielo. Las nueve bóvedas de la planta baja representan los nueve niveles del infierno mientras que el faro representa los nueve coros angelicales del Paraíso. Cuando el Palacio fue comisionado, se rumoreaba que Luis Barolo pretendía traer las cenizas del poeta Dante y alojarlas en el edificio, para salvarlas de las ruinas de la Primera Guerra Mundial y preservar parte del patrimonio cultural europeo.
Arq. Mario Palanti. Inaugurado en 1923.
Considerado uno de los edificios más icónicos del centro porteño de la ciudad, el Palacio Barolo es uno de los primeros rascacielos de Buenos Aires. Finalizado en 1923, hoy funciona como edificio de oficinas. Los visitantes pueden realizar visitas guiadas e incluso subir hasta la cúpula en donde se encuentra un faro y se puede acceder a una vista panorámica de la ciudad.
El Palacio Barolo fue comisionado por el empresario Luis Barolo, que se había hecho su fortuna gracias a la importación de maquinarias textiles desde Italia. En un afán por diferenciarse de la élite porteña, Barolo contrató al arquitecto Mario Palanti para construir el primer rascacielos de latinoamérica, un híbrido entre galerías comerciales y oficinas para alquilar. La decoración del Palacio es del tipo art nouveau. Su estilo arquitectónico es ecléctico, con influencias góticas y del arte islámico de la India. Sin embargo, lo que realmente hace único al Palacio Barolo es su inspiración en la Divina Comedia, el poema épico del italiano Dante Aligheri. La arquitectura del edificio imita las tres partes del poema: el Infierno, el Purgatorio y el Cielo. Las nueve bóvedas de la planta baja representan los nueve niveles del infierno mientras que el faro representa los nueve coros angelicales del Paraíso. Cuando el Palacio fue comisionado, se rumoreaba que Luis Barolo pretendía traer las cenizas del poeta Dante y alojarlas en el edificio, para salvarlas de las ruinas de la Primera Guerra Mundial y preservar parte del patrimonio cultural europeo.
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