Arq. Arturo Ochoa, Ismael Chiapore y Pedro Vivent.
Símbolo del modernismo arquitectónico de la ciudad en los años treinta, la sede actual de Derecho de la Universidad de Buenos Aires es reconocida por su imponente estilo neoclásico inspirado en los templos grecorromanos que diseñaron sus arquitectos Arturo Ochoa, Ismael Chiapore y Pedro Vivent para su inauguración en 1949. Desde la apertura de la carrera, se formaron célebres personalidades de la historia política y económica nacional, dentro de los cuales se encuentran quince presidentes argentinos.
La Escuela de Derecho fue de las primeras sedes inauguradas en la Universidad de Buenos Aires cuando ésta se fundó en 1821. Al comienzo, tanto estudiantes como profesores deambulaban entre el Colegio Central (ahora el Colegio Nacional Buenos Aires) y el Convento de San Francisco, hasta su mudanza al actual Museo Etnográfico J.B Ambrosetti, lejos de las demás facultades y constituido como edificio propio. En 1925, se trasladó nuevamente la sede a un palacio neogótico en construcción sobre avenida Las Heras (que hoy en día forma parte de los edificios de la Facultad de Ingeniería) pero el elevado costo del mismo hizo que sea imposible seguir construyendo aulas y espacios para los alumnos. Es a partir de un concurso en 1945 que Derecho obtiene su nuevo edificio en el barrio de Recoleta. Su estilo monumental fue controversial para la época, dado que se asociaba a la arquitectura de algunos países con regímenes fascistas, como Alemania. Si bien la nueva sede comienza a utilizarse en 1949, varias de las ampliaciones de la misma concluyen recién en la década de los sesenta. Al estar construida en donde se situaba antiguamente el edificio de Obras Sanitarias, el subsuelo sufría de pérdidas y humedad, que dificultaban la ampliación de aulas y espacios comunes. Hoy en día el edificio es transitado por más de 30.000 estudiantes y profesores, que hacen uso de sus instalaciones: una biblioteca con más de 250.000 volúmenes y una sala de lectura para 500 personas, gimnasio con pileta decorada por pinturas de Quinquela Martín y un auditorio en donde regularmente hay una programación de conciertos filarmónicos.
Arq. Arturo Ochoa, Ismael Chiapore y Pedro Vivent.
Símbolo del modernismo arquitectónico de la ciudad en los años treinta, la sede actual de Derecho de la Universidad de Buenos Aires es reconocida por su imponente estilo neoclásico inspirado en los templos grecorromanos que diseñaron sus arquitectos Arturo Ochoa, Ismael Chiapore y Pedro Vivent para su inauguración en 1949. Desde la apertura de la carrera, se formaron célebres personalidades de la historia política y económica nacional, dentro de los cuales se encuentran quince presidentes argentinos.
La Escuela de Derecho fue de las primeras sedes inauguradas en la Universidad de Buenos Aires cuando ésta se fundó en 1821. Al comienzo, tanto estudiantes como profesores deambulaban entre el Colegio Central (ahora el Colegio Nacional Buenos Aires) y el Convento de San Francisco, hasta su mudanza al actual Museo Etnográfico J.B Ambrosetti, lejos de las demás facultades y constituido como edificio propio. En 1925, se trasladó nuevamente la sede a un palacio neogótico en construcción sobre avenida Las Heras (que hoy en día forma parte de los edificios de la Facultad de Ingeniería) pero el elevado costo del mismo hizo que sea imposible seguir construyendo aulas y espacios para los alumnos. Es a partir de un concurso en 1945 que Derecho obtiene su nuevo edificio en el barrio de Recoleta. Su estilo monumental fue controversial para la época, dado que se asociaba a la arquitectura de algunos países con regímenes fascistas, como Alemania. Si bien la nueva sede comienza a utilizarse en 1949, varias de las ampliaciones de la misma concluyen recién en la década de los sesenta. Al estar construida en donde se situaba antiguamente el edificio de Obras Sanitarias, el subsuelo sufría de pérdidas y humedad, que dificultaban la ampliación de aulas y espacios comunes. Hoy en día el edificio es transitado por más de 30.000 estudiantes y profesores, que hacen uso de sus instalaciones: una biblioteca con más de 250.000 volúmenes y una sala de lectura para 500 personas, gimnasio con pileta decorada por pinturas de Quinquela Martín y un auditorio en donde regularmente hay una programación de conciertos filarmónicos.
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